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32 Pero el rey le preguntó:

—¿Cómo está el joven Absalón?

El etíope le contestó:

—¡Quiera Dios que todos los enemigos del rey mueran como ese muchacho!

David llora por su hijo

33 El rey David se puso muy triste y se fue a llorar al cuarto que estaba sobre la entrada de Mahanaim. Mientras iba subiendo, decía: «¡Absalón, hijo mío! ¡Absalón, hijo mío! ¡Cómo quisiera yo haber muerto en tu lugar!»

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